En un Sistema Sanitario que ya antes de la crisis económica acusaba carencias, es necesario que ciudadanos y profesionales aúnen fuerzas para defender una sanidad pública y de calidad. Para ello, es preciso que todos conozcan las consecuencias reales de muchas de las medidas de recorte en materia sanitaria adoptadas por los responsables políticos, como son:

Del cierre de camas hospitalarias:

– Mayores desplazamientos para los pacientes, que al estar los centros saturados, han de desplazarse a distancias mayores para ser atendidos.
– Mayores tiempos de espera para lograr una cama hospitalaria y, por tanto, más tiempo de estancia en las salas de observación de urgencias o en los pasillos.
– El sistema sanitario español está por debajo de la media del número de camas hospitalarias de la OCDE, reducirlas es precarizar más nuestra sanidad.
– Disminución de la seguridad de los pacientes.
– Aumento de los tiempos de espera para las exploraciones que requieren ingreso hospitalario.

Del cierre de unidades en los hospitales:

– Mayores desplazamientos de los pacientes para ser hospitalizados en otros centros si la unidad necesaria ha sido cerrada.
– Mayor saturación de los centros sanitarios. En muchos casos cerrar unidades supone que los pacientes sean ingresados en otras unidades, unas veces en camas adicionales instaladas en habitaciones sobreexplotadas, otras en los pasillos de las unidades.
– Mezcla de pacientes de distintas patologías y especialidades con la consiguiente dificultad en la atención que se presta e inseguridad de los profesionales que se ven obligados a intervenir en pacientes que no son de la especialidad a la que están habituados.
– Disminución de la seguridad de los pacientes.

De cierres de centros de salud:

– Tiempos de espera mayores para el diagnóstico de enfermedades, realización de técnicas, seguimiento de pacientes crónicos…
– Deterioro en la realización de los programas de atención domiciliaria.
– Dificultades para el acceso de los sectores de la población más desfavorecidas a las prestaciones sanitarias.
– Aumento de los costes del Sistema al tener que abonar los desplazamientos de pacientes a otros centros de salud para recibir la atención necesaria.
– Aumento de la utilización de las unidades de emergencias. Si el paciente no se puede desplazar recurrirá con mayor frecuencia a estos servicios.
– Menor tiempo para realizar las actividades por parte de los profesionales: desplazamientos mayores conllevan menos tiempo para las actividades asistenciales.

De la reducción drástica de sustituciones de profesionales sanitarios y reducción de las plantillas de enfermería:

– Merma de la calidad asistencial.
– Aumento de las listas de espera.
– Sobrecarga laboral.
– Escasez de tiempo en la atención que se presta.
– Desmotivación de los profesionales.
– Desatención de pacientes si se necesita priorizar la asistencia.

Del aumento de listas de espera:

– Agravamiento de las patologías.
– Mayor inversión económica para la curación.
– Mayor gasto en incapacidades laborales al aumentar los tiempos de espera para la curación.
– Deterioro psicológico de los pacientes.
– Aumento de la ansiedad.
– Consecuencias irreversibles para la salud en determinados casos.