El cuidado de la salud no descansa en verano
Llega el verano y las enfermeras ya sabemos que, en función de donde trabajemos, van a cambiar las necesidades de los ciudadanos que requieran nuestros servicios.
Es la época de los “golpes de calor”, de quemaduras cutáneas, de picaduras de medusa, de deshidrataciones, de afecciones gastrointestinales variadas, etc., es la época de las “enfermedades de verano”.
Lo mejor, o lo peor, es que muchas de ellas podíamos evitarlas observando unas mínimas pautas, podíamos evitarlas si hacemos caso, como ciudadanos, de los consejos de vida saludable que las enfermeras damos a la población. Pero entre que no existen plantillas enfermeras para hacer educación para la salud en muchos ámbitos y que no escarmentamos porque “a nosotros no nos va a pasar”, volveremos, este año, a tener en las consultas nuevos casos de “guiri-gamba” que no controla lo que este maravilloso sol nuestro es capaz de hacer si nos pasamos. Y como ese ejemplo muchos.
Menos mal que como profesionalidad nos sobra seguiremos, fuera de nuestro horario laboral, haciendo educación para la salud en el súper mientras compramos, en las esperas de cualquier tipo o mientras estamos en la playa. Nosotros, enfermeros y enfermeras, no podemos evitar aconsejar que se cubran la cabeza, que no hagan ejercicio intenso cuando más calor hace, que se protejan los ojos, que beban el agua necesaria,… no podemos evitar intentar cuidar la salud de nuestros vecinos. Hacernos caso es decisión suya.
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