La Organización Mundial de la Salud, así como diferentes agencias de las Naciones Unidas y organismos internacionales han declarado que las matronas son las profesionales fundamentales para reducir el número de muertes y discapacidades de madres y recién nacidos en todo el mundo, y que multiplican por dieciséis la inversión realizada. Esto, de manera informal, lo saben la mayoría de las mujeres pero también, aún hoy en día, muchas de las actividades que estos/as profesionales desarrollan son desconocidas para el conjunto de la población.

Como en otras ocasiones, y dada la desigualdad existente, no vamos a abordar el papel de estos/as profesionales en el mundo. Nos quedaremos en España para destacar que, en nuestro país, las matronas son, sin duda, de las profesionales más valoradas y conocidas pero a la vez las más “desaprovechadas” y desconocidas.

Por su formación, las matronas pueden prestar casi el 100 por cien de los cuidados esenciales y necesarios para las mujeres y los recién nacidos demostrando que su actuación en el ámbito del parto y el puerperio no solo es crucial para la mejora de los resultados sanitarios sino que salvan las vidas de millones de madres y bebés.

Pero una matrona hace mucho más que eso. Una matrona es una enfermera especialista obstétrico-ginecológica que posee 6 años de formación y que según lo determinado en su programa formativo, publicado en BOE, y de manera resumida, debe desempeñar una labor imprescindible en el cuidado de la salud sexual y reproductiva y su trabajo es fundamental, además de para el seguimiento del embarazo y la atención del parto, en materias como la planificación familiar, la prevención de enfermedades de transmisión sexual o la prevención y el abordaje del cáncer ginecológico.

El problema, como siempre, es que en España, y sobre todo dentro del Sistema Sanitario público, la matrona solo puede dedicarse a cuidar, aceleradamente, a las mujeres embarazadas y hasta el momento del parto. ¿Por qué? La respuesta es muy clara: Nuestro Sistema Sanitario no dispone del número necesario de matronas para atender a todas las mujeres que necesitarían sus cuidados.

Las cifras son claras. En nuestro país, en 2016, había 8.531 matronas y se atendieron 409.851 partos y, aunque sabemos del reparto desigual de estas profesionales en todo el Estado, según estos indicadores a cada matrona le ha correspondido el seguimiento del embarazo y el parto de 48.042 mujeres en un año. Con ese volumen de trabajo ¿cómo pretendemos que las matronas además de la atención al embarazo y al parto puedan desarrollar todas las funciones que las mujeres necesitan y para las que se han formado y están capacitadas?… ¡IMPOSIBLE!

En España, en estos momentos, hacen falta, como mínimo, más de 5.000 matronas para cuidar de la salud de las mujeres. Las matronas quieren cuidar de las mujeres y no solo de sus embarazos y es absurdo que nuestra sociedad desaproveche la imprescindible aportación que realizan estas profesionales para la salud. Que las mujeres demanden sus cuidados es indispensable para que el Sistema Sanitario reconozca y asuma definitivamente esta necesidad. ¡Feliz día de la Matrona!

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