Salud: mantenerla o recuperarla, ¿cuál es la prioridad?
Cada vez que llega el Día Mundial de la Salud, y tengo que escribir sobre ello, me surge la misma duda… ¿escribo sobre la salud mundial o me centro en nuestro entorno? Y es que es muy distinto hablar de una o de otra ya que, por suerte para nosotros, nuestra situación en materia de salud, aunque quede muchísimo por hacer, es muy privilegiada si la comparamos con la de más de medio mundo.
Revisando los argumentos de la OMS en este Día, me llama la atención especialmente uno de ellos porque creo que es el punto común que puede existir para hablar de Salud en el “mundo” que queramos. Me refiero a… “Para que los servicios de salud sean verdaderamente universales, es necesario pasar de unos sistemas de salud concebidos en torno a las enfermedades y las instituciones, a unos sistemas de salud concebidos en torno a las personas y para ellas”.
Está claro que en todos los sistemas sanitarios hay que proveer de servicios que den respuesta a la enfermedad, que cuiden y curen a los enfermos, pero, cuando quien habla es como yo, una enfermera, pensamos, además, en servicios de Salud centrados en eso, en cuidar la Salud, en mantenerla, protegerla y promoverla, evitando en la medida de lo posible la enfermedad.
Esa labor, tan minusvalorada a efectos reales por los gestores de la Sanidad, podría ahorrar a los Sistemas Sanitarios, que como el nuestro se centra en la enfermedad, un importante porcentaje de su presupuesto ya que más del 80 por ciento de las enfermedades crónicas son evitables y que estas, en nuestro país, suponen un 70 por ciento del gasto sanitario.
Esto adquiere mucho más valor en una sociedad como la nuestra que ostenta una envidiable esperanza de vida pero que, al mismo tiempo, tiene a un tercio de sus habitantes padeciendo enfermedades crónicas, que como hemos dicho antes, son evitables hasta en un 80 por ciento de las mismas.
Teniendo en cuenta lo anterior la cuestión es sencilla: si estar sano aumenta el bienestar global de la persona y además supone un considerable ahorro en el gasto sanitario, ¿por qué no se aborda de una vez por todas la reorientación de los sistemas sanitarios para que centrándose en la salud y el cuidado de las personas sea más eficaz y eficiente?
Intereses establecidos, apatía, desconocimiento, presiones de distintos sectores… la batería de respuestas puede ser interminable y seguro que en cada país se nos daría una distinta. Una respuesta que, sin duda, a las enfermeras y enfermeros no nos satisfaría. Por el momento tendremos que seguir soñando con ese sistema sanitario, para nosotros idílico, en el que el ciudadano y el cuidado de su salud son la prioridad y el centro del Sistema, en el que para nuestros políticos, en materia sanitaria, la prioridad sean las personas y su salud. Y seguiremos poniendo a diario nuestro granito de arena como profesionales de enfermería para demostrar que no estamos equivocados.
Mª José García, responsable de Soy enfermera
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